Han pasado unos días de la muerte de mi abuela, y quiero dejar un recuerdo. Era muy mayor, casi 95, cuando cumplió 94 me acuerdo que mientras soplaba las velas daba palmas y cantaba.
A pesar de no ver mucho, y de estar sorda, podías tener una conversación. Hablábamos de muchas cosas y la achuchaba mucho. Me quedo con muchos recuerdos vividos: cuando era pequeña me escondía pollitos debajo de la cama, dormir con los "pios pios" es algo para no olvidar, también me traía corderitos pequeños para que le diera biberón, o íbamos a buscar los huevos de las gallinas, o buscábamos gatines en el doblado para darles leche, también rezábamos muchas oraciones, me hacía unas migas y unos espaguetis únicos (recuerdo mucho los olores), o cuando me dejaba de tendera de higos, naranjas, limones... sin saber cuánto era un kilo, tengo muchas vivencias para no olvidar.
Cuando fui a India y estuve en Calcuta, fui a rezar a la tumba de la Madre Teresa, las hermanas de la caridad me dieron medallitas, una para mi madre, otra para mi abuela y otra para mí. La guardé porque me dijo mi mamá que la abuela la podría perder al no ver mucho. Cuando murió pensé que era un buen momento para dársela junto con otras cositas. Era una persona muy religiosa y seguro que cuidarán de ella, igual que ella lo hará de nosotros. Te quiere, tu nieta.
A pesar de no ver mucho, y de estar sorda, podías tener una conversación. Hablábamos de muchas cosas y la achuchaba mucho. Me quedo con muchos recuerdos vividos: cuando era pequeña me escondía pollitos debajo de la cama, dormir con los "pios pios" es algo para no olvidar, también me traía corderitos pequeños para que le diera biberón, o íbamos a buscar los huevos de las gallinas, o buscábamos gatines en el doblado para darles leche, también rezábamos muchas oraciones, me hacía unas migas y unos espaguetis únicos (recuerdo mucho los olores), o cuando me dejaba de tendera de higos, naranjas, limones... sin saber cuánto era un kilo, tengo muchas vivencias para no olvidar.
Cuando fui a India y estuve en Calcuta, fui a rezar a la tumba de la Madre Teresa, las hermanas de la caridad me dieron medallitas, una para mi madre, otra para mi abuela y otra para mí. La guardé porque me dijo mi mamá que la abuela la podría perder al no ver mucho. Cuando murió pensé que era un buen momento para dársela junto con otras cositas. Era una persona muy religiosa y seguro que cuidarán de ella, igual que ella lo hará de nosotros. Te quiere, tu nieta.