domingo, 27 de febrero de 2011

Parábola de las pisadas en la arena


Una noche soñé que caminaba con Dios por la arena de una playa y en el cielo se proyectaban escenas de mi vida...

En cada escena, veía dos pares de pisadas en la arena: unas eran mias y las otras de Dios.

Cuando la última escena de mi vida surgió ante mis ojos, miré para atrás para ver las pisadas sobre la arena y noté que varias veces, a lo largo del camino de mi vida, había solamente un par de pisadas.

Noté también que eso ocurría durante las épocas más tristes de mi vida.

Realmente me sentí incómodo y le pregunté a Dios:

-Señor, tu me dijiste una vez que siempre caminarías a mi lado, pero he observado que durante los momentos más difíciles de mi vida, sólo se veían un par de pisadas. No comprendo cómo justo cuando más te necesitaba me abandonaste.

Dios le respondió:

-Hijo, yo te quiero mucho y nunca...nunca te abandonaría. En los tiempos de prueba y dolor, cuando tu sólo veías un par de pisadas en la arena, era porque te llevaba en mis brazos.