viernes, 9 de abril de 2010

El Camino de Santiago



Desde que era pequeña había oído hablar del Camino de Santiago. La verdad, es que de joven no me llamó la atención, supongo que no era el momento. Unos años más tarde mi madre lo hizo y quedó encantada, no paraba de repetirme lo mucho que tuvo que subir nada más salir de Ourense, pero al llegar a Santiago, se sintió muy recompensada.

Apenas unos años, cuando la naturaleza y otros motivos filosóficos/religiosos habían cobrado importancia en mi vida, tenía en mente lo de realizar el Camino. Al final, esta Semana Santa pudo ser.

Salimos desde Tineo, y nos esperaban varios días por delante hasta llegar a Santiago. Tenía mis botas de montaña desde hacía 8 años pero cometí un fallo garrafal. Me puse unas nuevas plantillas en mis botas de campo, ya que no tenían. Tras dos días de caminata, mis uñas estaban azuladas, y mis pies estaban doloridos. A partir de ahí hasta llegar a Santiago, se convirtió para mí en un sufrimiento interno, pero recompensado por muchas otras cosas, quizás por eso no paré y continué 'mi camino'.

El camino es muy filosófico, son muchas horas en plena naturaleza y aislado de lo cotidiano, de lo que solemos vivir cada día. Además el trato de los habitantes de la zona hacia los peregrinos es especial e interiormente surgen sensaciones positivas. Te llaman peregrino, y te gusta, a mí me gustaba por lo que significa el serlo.
También vives experiencias maravillosas, el ambiente es muy bueno y por eso las amistades que llegas a hacer tienen mucho en común contigo. De alguna forma el camino esta preparado para el creyente y el no creyente, lo especial que tiene es que para los últimos al llegar a Santiago te animas en creer al menos un día y abrazar al Santo, para por si acaso :). Además algo se alborota dentro de ti y acabas comprendiendo que es esto de sentirse peregrino y lo que te enseña. ¿Un estilo de vida? ¿una fuente de filosofía? ¿un espíritu de superación?,..., cada uno encuentra el suyo.

He de agradecer a todos los que nos acompañaron en nuestra peregrinación (a Laura, David y servidora), ya que fue fantástico haber coincidido con ellos:

Esteban, David, María, Luis, Germán, Romero, ...

Muchas gracias peregrinos.

Patricia.


Momentos que no olvidaré:

- El ambiente vivido en los albergues.
- Las lluvias, el viento, el granizo y el sol.
- Ver el deterioro de mis pies.
- Obtener el agua de la naturaleza
- El bar de la Mortera y la señora.
- Las comidas en el campo.
- Cuando compartíamos cosas entre todos.
- Las conversaciones con el resto.
- Los momentos conmigo misma.
- La velocidad de caminata de Romero y Esteban.
- El bocata inmenso del Mesón O empalme y el pulpo de Ezequiel.
- El recibimiento agradable de la ayudante de la Catedral de Lugo.
- Ver Santiago desde el Monte del Gozo.
- Abrazar a Santiago y escuchar la misa del peregrino.
- Cuando me ponían los sellos de la credencial.

Las frases del camino:

- Si piensas en los kilómetros pasarán más lentos.
- El camino empieza en Santiago.
- Cada uno tiene su camino.
- Hay tantos caminos como personas.